Yo le llamo así al fenómeno depresivo que consiste en llorar sin parar, por lo general, ocurre en el lugar y momento menos oportuno, sin una razón evidente, sino por alguna imagen, sonido, o una simple reacción inoportuna.
Lo veo venir, lo he estado esperando y nada más no llega. Sé que está ahí latente y nada pasa. Sólo sé que si aparece en público inventaré una muerte o una enfermedad terminal. No me gusta jugar con esas cosas, pero menos me gusta dar explicaciones.
Esto de cerrar ciclos, superar el pasado y esas cosas no es lo mío. Pero me estoy esforzando, en serio.