Es el efecto Coachella. No es que piense o suspire por alguien, sino por aquellos momentos que pasé bajo el sol, con mis pies descalzos sobre el húmedo y fresco pasto. Con mis oídos y mi mente concetrados sólo en escuchar una voz, un acorde que tocara esas fibras sensibles como nada más las puede conmover. Muchos, muchos momentos especiales, algunos de ellos me hicieron derramar una que otra lagrimilla cursi y clichesesca. Pero al final, esas emociones son las que me hacen pensar que lo único bueno de cuando las cosas no pueden estar peor, es que en algún punto estarán mejor. ¿Acaso no se llama eso esperanza? Jaja, alguien ya le puso un nombre y yo apenas lo descubro.
Me enamoré de esta voz y de esta canción:
Me rayo él y su rola, fuerteeee fuerteee!
Susy 😛
Me gustaMe gusta
R Papinson es su fan no? …y sí, está chicles ji 😀
Me gustaMe gusta