Con un amigo que se fue a vivir más allá de la frontera, teníamos una costumbre. Cada semana, nos mandábamos por mail “la rolita de la semana”. Correspondía a aquella que mejor definiera tu estado de ánimo o simplemente la que trajeras pegada. Estaba padre, pero ya no lo hacemos. El caso es que si siguiéramos, esta semana le mandaría esta:
Uff… totally me.