En esta dinámica de usaré mi blog para hablar de lo que no sé pero reírme en el intento, vengo a contarles por qué el empate de ayer me supo a triunfo y gloria.
Hace unas semanas estábamos preparando la edición de la revista para adolescentes con contenido mundialista y la oficina se transformó en puesto de parafernalia futbolista: había manitas aplaudidoras, inflables, banderas, matracas… El jefe español a quien le debo los momentos de incertidumbre, me dijo: no sé para qué hacen tanto si no van a llegar ni a la segunda ronda.
Entonces le contesté: jugaremos poquito pero con sentimiento y solo por eso vale la pena todo el show que estamos montando.
El resto de la historia lo conocen: España pierde por goliza frente a la máquina de destrucción holandesa, frente a Chile no puede hacer nada y México, ay México y ay Ochoa. Gloria total.